miércoles, 16 de enero de 2013

El iPhone perfecto.

Ésta es una noticia en la que se explica lo acontecido en una familia de EEUU. Una madre le regala a su hijo de 13 años un iPhone pero con 18 condiciones bastante estrictas, entre las que se habla de educación y valores ante las personas con las que habla por teléfono como ante las personas con las que se encuentra en cada momento; también del horario en que el móvil estará encendido cada día de la semana y del abuso de sus funciones; del cuidado del aparato dada la responsabilidad que recae sobre el niño; de las ventajas que ofrece en cuanto a nivel de culturización y hasta de "ciber-educación" sexual.

Creo que todas las condiciones que pone la madre están fundamentadas, fundamentadas en cada una de las ventajas e inconvenientes que poseen las nuevas tecnologías. Por eso me parece una anécdota muy interesante, porque resume muy bien toda la polémica actual en torno a las TIC. De hecho, partiendo de aquí, si profundizásemos en cada una de las condiciones, casi que se podría escribir un libro; es más, si nos centrásemos en una sola de ellas, una cualquiera, se podría elaborar hasta un trabajo de investigación partiendo de esa problemática.

Pero bajando a un nivel más coloquial y sencillo podríamos decir que sería un aparato tecnológico en su más alta idealización, la perfección que podrían alcanzar las TIC, es decir, todo su potencial. Nos encontramos una vez más con la llamada utopía, lo ideal pero imposible; pero no me cansaré de repetir una vez más lo importante que es localizar las utopías, lo importante que es analizarlas profundamente. Y que nadie me tache de iluso, pues no es en las utopías en lo que creo, sino en su capacidad de hacernos avanzar.

Tenemos que tener claro cuál es la meta de algo para poder alcanzarla. Y esta noticia nos hace reflexionar sobre cuál es la meta de las TIC y cuáles son los límites que separan el uso del abuso, el buen uso del mal uso, el aprovechamiento del derroche... Y creo que además es muy importante porque todas éstas condiciones que la madre consensúa con su hijo son vulneradas, en mayor o menor medida, por la totalidad de los usuarios de las TIC.


El problema es que nuestras conciencias o nuestra fuerza de voluntad no suelen ser tan fuertes como una imposición material. Esas capacidades humanas "etéreas" tienen mucho más potencial que los condicionamientos materiales, pero eso significa que pueden llegar a ser tanto mucho más intensas como mucho más débiles. Y es lo que sucede con las TIC. Las TIC, si algo las caracteriza, es que ofrecen un inmenso abanico de posibilidades, son algo enorme concentrado en dispositivos tan chiquititos como puede ser un terminal de teléfono móvil. Y ante eso, la conciencia o la fuerza de voluntad de una sola persona suele sucumbir. ¿La solución? No la sé, pero me gustaría saber qué resultados obtiene ese niño tras haber realizado ese trato con su madre.Y es triste pero, en la actualidad, a la vez que las tecnologías nos alimentan, nos comen. Aunque sigo pensando que no es imposible redirigir lo que nosotros mismos hemos creado; habrá muchas acciones humanas irreversibles, no podremos volver atrás en el tiempo para deshacerlas, pero sí podremos redirigirlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario