domingo, 9 de diciembre de 2012

La figura del docente a través del tiempo.

A pesar de que la mayoría de las entradas de este blog son unidireccionales, es decir, yo soy un mero emisor que reflexiona y escribe aquí sus pensamientos para que los receptores lo lean; esta entrada será bidireccional. En ella no daré mi visión sobre la figura del docente a través del tiempo, sino que os propondré la posibilidad de que vosotros me deis la vuestra.

Lo haré con un formulario de Google Docs elaborado en clase, al que podéis acceder de manera completamente anónima pinchando aquíEs un cuestionario breve con dos vías de respuestas que dependen de lo que se responda en la segunda pregunta.

Para que podáis ser partícipes de lo que vosotros mismos vais contestando, aquí os dejo otro enlace al que podréis acceder, una vez que yo acepte vuestra la solicitud de permiso que se me notifica automáticamente en el momento en que intentéis acceder.


Aún así, comentaré de manera escueta lo que sería mi respuesta o mi valoración sobre el tema, pero deberíais leerlo después de rellenar el formulario. Creo que la figura del maestro efectivamente ha cambiado en este tiempo. Pero creo que lo ha hecho sin ningún control, sino a merced de cómo ha cambiado la sociedad, no ha sido algo intencionado. La ilustración cómica refleja una realidad, exagerada quizás, pero una realidad. Y esta realidad no sucede más que por el hecho de que la metodología docente ha cambiado, pero a cambiado a la fuerza y ha ocurrido lo siguiente: los profesores han cambiado obligados, unos más y otros menos, pero han tenido que adaptarse a toda costa a los métodos modernos de enseñanza, en muchas ocasiones sin comprender por qué. Y los padres se han aprovechado de esa situación para creer que pueden echar toda la culpa al profesor de lo que le sucede a su hijo.

Creo que el problema principal no debe estar en la autoridad que el profesor tenga o deje de tener, ni en que la metodología docente haya cambiado, sino que el problema es que los padres y los profesores deben trabajar completamente en equipo, y confiar plenamente el uno en el otro. Y desgraciadamente parece que en esta sociedad se compite mucho más que se coopera, para esto y para todo.

Creo por lo tanto que el problema no está en cómo cambie el profesor de un tiempo hasta ahora, sino en cuándo está la sociedad preparada para cooperar con cualquier tipo de cambio.

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